lunes, 19 de abril de 2010

Beata Mariana de Jesús


El pasado 17 de abril la familia mercedaria celebró a la Beata Mariana de Jesús Navarro, terciaria mercedaria madrileña, que con sus virtudes adorna el olivo de Nolasco y nos impulsa, a los mercedarios del siglo XXI, a continuar con la misión redentora en este mundo convulsionado, plagado de nuevas cautividades.

Nació en un hogar distinguido de linaje en Madrid el 17 de Enero de 1565. Se llamaba Mariana Navarra de Guevara y Romero.

En 1616 a la edad de 23 años rehusó una propuesta de matrimonio y se consagró a Dios, haciendo una vida de retiro y de oración, profesó como terciaria en la Orden de Nuestra Señora de la Merced adoptando el nombre de Mariana de Jesús. Por su vida llena de sufrimientos físicos y espirituales asumió formidablemente la espiritualidad mercedara, la imitación de Cristo Redentor en el ofrecimiento de la propia vida por los hermanos. Compartió la labor redentora de la Orden recolectando limosnas para las redenciones y orando por su éxito.

Se distinguió por su devoción a la Eucaristía, y su obediencia, humildad y espíritu de sacrificio. Sus superiores ordenaron que ella escribiese sobre su vida espiritual. La consultaban y veneraban eclesiásticos y hombres de la corte madrileña.

Murió siendo aún joven el 17 de abril de 1624. Años más tarde su cuerpo fue exhumado encontrándose en perfecto estado e incorrupto y fue nuevamente enterrado en Madrid. Se conserva en el convento de las religiosas de la Orden de la Merced de Alarcón, Madrid. El pueblo madrileño la venera con el título de "La azucena de Madrid".



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